Este post está dedicado a muchos que al igual que a nosotros les llega el día en el que deciden ser papás y no quieren renunciar a viajar. Miedos y cientos de dudas y preguntas, se apoderan de nosotros de repente.
Si sois papás, os gusta la aventura, la improvisación pero nos os atrevéis a viajar con vuestros peques todavía, acompañadnos en esta estupenda aventura, dejad los miedos encerrados en el armario y tirad la llave al mar. Colgaos la mochila a la espalda cargada de pañales, biberones, libros, consola y sobre todo muchísima ilusión y coged al peque que este viaje empieza ya!!!
Nuestra forma de viajar se traduce en libertad de movimientos, de horarios, de decisiones. Desde que nació nuestro hijo, no solo no renunciamos a viajar, sino todo lo contrario, desde que Álvaro llegó a casa, hemos viajado más que nunca y lo hacemos con un gran «Handicap» nuestro hijo es Celiaco desde los 20 meses de vida.
Viajar con tu hijo en la mochila sin morir en el intento
Las experiencias vividas nos han demostrado que no solo se puede sino que se debe viajar con nuestros hijos, crecen muy rápido y queremos y necesitamos disfrutar juntos todo el tiempo que la apretada agenda laboral nos deja libre.
Este personajillo que acaba de «invadir» nuestro espacio, nuestras vidas, tiene que adaptarse a nosotros de la misma manera que nosotros a él, el esfuerzo tiene que ser mutuo y no hagáis caso a los que os llamen locos dementes, ni tampoco a las típicas preguntas tales como…¿y no os da miedo?, ¿y si pasa algo?
Bla bla bla, Ni Caso!!!
Cuando escuchéis …
Aprovechamos ahora para hacer estos súper viajes que no tenemos niños, porque después se acabó…
Entonces es cuando tenéis que preguntaros… ¿Cómo?, ¿Y Por qué?, ¿dónde está escrito?, ¿quien lo dice?.
Bla bla bla ni caso!!!
Nosotros para los viajes largos, aprovechamos las vacaciones de verano, unos treinta días, lo hacemos siempre por libre, sin nada contratado excepto el billete de avión de ida y vuelta y lo hacemos cada uno con su mochila al hombro. Viajar de esta manera implica que hay que leer mucho sobre el destino que vas a visitar porque eres tú el que organiza el viaje al completo. Por eso a nosotros nos encanta leer en los blogs de la gente que viaja, de ellos es de quien mejor aprendes porque ya lo han vivido y lo cuentan en primera persona, algo así como lo que hacemos nosotros. Además siempre viaja con nosotros alguna guía del destino o desde hace unos meses este práctico manual de viajes con niños del que somos coautores junto con otros experimentados padres viajeros.
En estos años desde que Álvaro nació, hemos recorrido con él, varias de nuestras islas canarias, La Península de punta a punta, Grecia, Argentina, Andorra, México, Marruecos, Turquía, Thailandia, Vietnam, Malasia, Singapour, Francia, Alemania, Austria, Suiza, Escocia, Inglaterra, Portugal, Chequia, Eslovenia, Eslovaquia, Italia, Mónaco…
Cuando viajas, la curiosidad se vuelve continua, todo es nuevo y quieres conocerlo, compartirlo, disfrutarlo con los que más quieres. Por eso es tan importante hacer a vuestro hijo el protagonista del viaje, que participe directamente en elegir las visitas que queráis hacer a una ciudad concreta. Álvaro por ejemplo, ojea la guía y escribe una lista de las cosas que le gustaría visitar o hacer en cada ciudad o lugar al que vamos, parques temáticos, museos, atracciones, zoo, playas etc…
Cuatro son las cosas que más nos preocupan como padres a la hora de salir de viaje con nuestro peque:
Sanidad
Alimentación
Alojamiento
Medios de Transporte
La sanidad, la salud es lo más importante, no te la puedes jugar y menos cuando viajas con niños por libre a países fuera del continente europeo, siempre recomendamos consultar en Sanidad Exterior la posibilidad de tener que vacunarnos, así mismo con lo que ellos os digan, comentarlo con el pediatra del pequeño.
Nosotros siempre nos hemos vacunado los tres, cefalitis japonesa, fiebre tifoidea, hepatitis A y B, y a parte de sentir los brazos doloridos unos cuantos días, nunca hemos tenido ningún tipo de problema de salud derivados de las propias vacunas.
Durante el viaje es imprescindible llevar un botiquín completo, no solo con lo habitual para primeras curas sino también con medicamentos tales como antidiarreicos, antiestaminicos, antiinflamatorios, suero y algún antibiótico. Pero sobre todo es muy importante también tener contratado un buen seguro médico de viajes, que cubra todos aquellos posibles percances que pudieran surgir durante el itinerario. Nosotros por suerte nunca hemos tenido que utilizar el nuestro a pesar de que cumple con todo lo que exigimos de un seguro de viajes, así como por la facilidad al poderlo pagar mes a mes.
La alimentación no debe suponer ningún problema excepto que no se sufra algún tipo de alergia alimentaria como es nuestro caso, Álvaro es Celíaco. Por ello nosotros viajamos siempre con una mochila adicional a la que llamamos «mochila despensa» donde le llevamos pan, galletas, pasta, chuches, nutella y tomate ketchup. Fuera de la Unión Europea y países occidentales, como EEUU, Canadá, Australia, Neva Zelanda, es difícil encontrar estos alimentos sin gluten.
Cuando los niños son bebés, y gracias a la globalización, encuentras todas las marcas de leches y pañales en farmacias y supermercados.
Aunque os parezca chocante, a nosotros nos encanta comer en los carritos de la calle, la comida que te sirven es fresca, ves como la preparan, se renueva todos los días y es más económica porque es donde comen los lugareños y ya sabéis el dicho…allá donde fueras haz lo que vieras y como somos gente muy obediente, eso es lo que hacemos y al contrario de lo que pudierais pensar, nunca hemos tenido ningún problema intestinal.
Si vuestro hijo es un poco «tiquis miquis» tampoco tenéis problema para moveos por el mundo, en todos los países en los que hemos estado de Africa, América o Asia, nos hemos encontrado todo tipo de restaurantes y/o supermercados donde el menor de los problemas es encontrar algo que le guste.
Un consejo muy práctico y que a nosotros siempre nos ha ido de maravilla, es cargar con un calienta biberones de viaje, son pequeños, no pesan, casi ni abultan y en cualquier lugar lo podéis enchufar y calentarle al peque un potito o un biberón. Nosotros hasta lo hemos enchufado en un convento de monjas en Meteora, Grecia.
(acordaos de llevar un adaptador para los enchufes).
En los alojamientos siempre que tenemos ocasión preferimos alojarnos en Hostels, Guest House o incluso en casas particulares, tienes más libertad de horarios, resultan más económicos y suelen tener cocinas donde prepararle a nuestro hijo su comida, son muy cómodos.
Los hay de auténtico lujo, para todos los gustos y para todos los bolsillos, con habitaciones privadas con baño y también habitaciones compartidas con baño compartido que siempre resultan más económicas. Cuando los niños son pequeños os aconsejamos las primeras por comodidad y porque no suelen dejar alojar a bebes en las habitaciones compartidas, aunque duerman en la misma cama que uno de los papis.
El transporte, muchos de los países que hemos recorrido tales como Argentina, México, Turquía, Vietnam disponen de buses con asientos que se convierten casi en camas, otros son auténticas literas, un auténtico lujo para viajar con nuestros peques. Siempre que podemos hacemos las rutas más largas por las noches, a los niños no se les hace tan pesado porque van durmiendo y a los mayores ni os cuento! Además de la comodidad, avanzas kilómetros mientras descansas y a la vez te ahorras una noche de hotel, está todo controlado!!! ¿no os parece una buena alternativa?.
Amigos, no intentamos convenceros de que viajéis con los más pequeños de la casa, tampoco que viajéis como lo hacemos nosotros, por libre, a la aventura.
De lo que si os queremos convencer es de que si lo hacéis, viviréis momentos inolvidables, grandes aventuras y divertidas anécdotas, que llenarán páginas y páginas de los cuadernos de viaje de mayores y pequeños. Y os podemos asegurar que no hay nada más gratificante, que pasado el tiempo uno lea y se ría en familia.
Un fuerte abrazo viajero de unmundopara3.
Montse, Octavio y Álvaro