En nuestro reciente viaje navideño a Koln, teníamos claro que queríamos visitar algo más. Así que decidimos conocer otra ciudad de la región de Renania del Norte -Westfalia, la elegida no fue otra que la histórica Aachen. Era una mañana muy fía, con las calles llenas de escarcha nos dirigimos a la vieja y bonita estación, la Koln Hauptbahnhof. Nos acercamos a la maquina expendedora y adquirimos nuestros eurail pass, sin duda la mejor manera de ahorrarte dinero mientras viajas.

La ciudad de Aachen, también conocida como Aquisgrán, se encuentra a escasos 75 kilómetros de Koln. Entrando un poco en su historia, se conoce que la ciudad era la residencia favorita de Carlomagno. Conocida por la ciudad de las tres fronteras, ya que se encuentra muy cerquita de la triple frontera formada por Bélgica, Holanda y Alemania, cuenta con un casco antiguo pequeño pero bastante bien conservado en el que se encuentran los principales edificios históricos de la ciudad.

Aachen ciudad de Carlomagno

Escarcha en los parques

Aachen ciudad de Calomagno

Estación de trenes de Koln

Aachen ciudad de Carlomagno

Casco antiguo de la ciudad

Nuestra llegada a ella coincidió en domingo, era temprano, los comercios cerrados, mucho frío y poca gente por las calles. La cosa fue cambiando conforme nos acercábamos al casco antiguo de la ciudad, que se encuentra a escasos minutos a pie de la estación de trenes. El paseo no nos venía nada mal para mitigar la sensación de frío que teníamos.

Nuestra intención era llegar al centro para poder visitar la famosa Catedral y reclamo turístico por excelencia de Aachen, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y donde aseguran se encuentran enterrados los restos de su fundador, Carlomagno. En días festivos se llena de gente, casi hay colas para poder acceder a ella y contemplar su majestoso techo decorado en oro.

Aachen ciudad de Carlomagno

Catedral de Aachen

Aachen ciudad de Carlomagno

Interior de la Catedral

Aachen ciudad de Carlomagno

Techo de la Catedral de Aachen

Aachen nos gustó bastante, nos pareció una ciudad muy cómoda de visitar. Bien preparada para los peatones, como casi todas las ciudades europeas, con bonitos edificios de estilo germánico y pintado de colores diferentes que en invierno le dan un aire mucho más primaveral. Llena de parques y jardines, donde te puedes sorprender con estatuas de las cuales muchas de ellas tienen una historia detrás.

Una vez más, la experiencia fue genial, no estuvimos mucho tiempo en ella pero supimos aprovecharla al máximo.

Aachen ciudad de Carlomagno

Estatua representativa de Carlomagno