Florencia, muchas veces nos hacemos grandes expectativas sobre el destino que vamos a visitar, esperamos mucho de él y por alguna razón lo esperamos completamente diferente a lo que realmente vemos o sentimos en el momento de nuestra visita.

Algo así es lo que nos sucedió con Firenze o Florencia, cuna del Renacimiento italiano y lugar de nacimiento de grandes artistas como Miguel Angel, Leonardo Da Vinci, Dante o Boccaccio. Nombrada y alabada por casi todo el que la ha visitado, era de visita obligada durante nuestro #Europara3 aunque a nosotros no nos terminó de convencer y pronto supimos el porqué, sencillamente no fue el momento mas acertado para visitarla.

Florencia

Impresionantes edificios en Florencia

Corría el mes de agosto, hacía bastante calor y desde el mismo momento en el que entramos en la ciudad, empezó nuestro particular viacrucis.

Llegamos con «la Cali» a media mañana y está claro que hacerlo en coche, es la peor opción para acceder al centro de la ciudad. Los parking de pago son carísimos, 3€ la hora y no son nada céntricos. Las calles llenas de zona azul, 2€ la primera media hora y 3€ la segunda hora, además, sin opciones de seguir mas horas aunque fuese pagando más.

Vueltas y más vueltas por estas calles estrechas y llenas de tráfico, hasta que por fin nos la jugamos y estacionamos la furgo en el puente Amerigo Vespucci. Nos sorprende la cantidad de coches que en el están estacionados, así que decidimos preguntar a varios viandantes lugareños y todos coinciden en afirmar que no supone ningún problema estacionar «la Cali» allí, está permitido.
¡No nos lo podemos creer! al final hemos tenido suerte y todo, ¡¡céntrico y GRATIS!!.

Florencia en agosto, misión imposible

Después de un agradable paseo por la ribera del río Arno, nos dirigimos al centro de la ciudad y ahí comienza de nuevo el calvario. Una masificación de turistas abarrotan las calles, no se puede caminar por ellas. Cuando por fin conseguimos llegar a la zona peatonal y a las principales atracciones turísticas, las largas colas para poder acceder a cada una de ellas, nos hacen desistir de intentar descubrir sus secretos. Ni para sacar alguna foto decente está, ¡es impresionante cuanta gente hay por todas partes!.

Florencia

¡Cuanta gene hay por todas partes!

Seguimos avanzando buscando algún lugar de interés turístico que no tenga tanta gente, pero es imposible, todos están hasta la bandera y decidimos seguir en dirección al puente Vecchio. Por fin, ahí está frente a nosotros, tantos años deseando verlo, admirarlo, pasearlo, pero ni una mísera foto decente nos podemos hacer junto a él.
Nos las vemos y nos las deseamos para poder inmortalizar ese esperado momento sin que nadie decida meterse en medio, me temo que va a ser misión imposible.

Florencia

Ohhhh ¿quien es esa rubia?, pues nada, ¡al mal tiempo, buena cara!

Lo atravesamos como podemos, con mas miedo a que se derrumbe por el sobrepeso de tanta gente que otra cosa, apenas podemos disfrutar del momento como nos hubiera gustado, estamos deseando llegar al final cuanto antes y huir de toda esta locura.

Una vez en el otro lado de la ciudad junto a la plaza de Santa Felicidad, y con algo de menos gente tomamos la decisión de despedirnos de la ciudad. Nos sentimos cansados y decepcionados a la vez, hemos estado en Florencia si, de eso no hay duda, pero no como nos hubiera gustado conocerla. Atrás quea nuestro paso por la Cattedrale de Santa María de Fiore, desde fuera claro, el paseo acelerado por la Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio y el rápido saludo, eso si con foto a los genitales más famosos de la historia, «hola David, adiós David».  

Florencia

Que guapo y tiposo es este David

A los pocos días hablando con unos amigos que nos encontramos por el camino nos comentan que el mes de agosto es uno de los peores meses para visitarla. Está claro que agosto siempre es una fecha para la masificación en cualquier lugar, pero llevamos casi dos meses recorriendo Europa y no nos había sucedido nada igual.

Hoy sabemos que en Florencia es algo habitual y en parte debido a la saturación de cruceros que surcan el Mediterráneo por estas fechas y que hacen escala por unas pocas horas en la ciudad y que los turistas no les queda otra que aprovechar de la mejor manera posible el poco tiempo del que disponen. Por suerte y según parece, esto no sucede todos los días y la bella ciudad de Florencia se puede visitar con la normalidad que una ciudad tan turística tiene.

Así que ya lo tenemos claro, de la decepción de esta primera vez, pasamos a la esperanza de poderla visitar en otras fechas y poder disfrutar de una de las ciudades más bellas del mundo.

Esperamos que hayáis tomado buena nota y antes de venir os informeis bien de cuales son los mejores días para hacerlo.

¡¡Feliz estancia!!