A la pregunta que nos hacen a menudo, de si viajaríamos a según que países con un niño, la respuesta es siempre la misma, ¡por supuesto que viajaríamos a cualquier lado con él! de hecho, eso es lo que llevamos haciendo desde hace años. Muchas familias nos preguntan si lo haríamos a Marruecos, por ejemplo, a lo que nosotros respondemos que ya lo hicimos, concretamente en el año 2005 y la experiencia no pudo ser más positiva.

Marruecos

Amigos a pesar de no hablar el mismo idioma

Todavía recuerdo el día en que Octavio por fin tenía claro el destino de aquel año. Llevábamos varias semanas barajando lugares para nuestras vacaciones en familia. En años anteriores, habíamos recorrido Grecia en (2002), Argentina en (2003) y México en (2004) y este año 2005, nos apetecía cambiar de continente. ¡¡Marruecos!!, me dijo, ¡¡ese es nuestro próximo destino!

Marruecos

Disfrutando de Marruecos a su manera

La idea me sorprendió y agradó a partes iguales y empezamos a buscar información sobre el país, los lugares que nos gustaría conocer y la forma de llegar hasta ellos, la gastronomía, la moneda, las costumbres, las tradiciones, en fin! lo normal cuando se quiere visitar un país. Lo que si teníamos claro es que nuestro viaje iba a tener una duración de 25 días, iba a ser como los anteriores, por libre en transporte público, de mochila y con nuestro hijo Álvaro que por aquel entonces no había cumplido aún los 4 añitos. Nuestro acceso al país fue de una forma muy peculiar, decidimos entrar y salir de Marruecos cruzando la frontera de Melilla a pie ante la atónita mirada de todos los que allí se encontraban. Nada mas atravesarla cogimos un taxi compartido (el clásico mercedes) para llegar hasta la ciudad de Fez.

Marruecos

Recorrimos Marruecos en 2005

Marruecos nos embrujó desde el minuto uno

A decir verdad, nunca se me había pasado por la cabeza elegir Marruecos para disfrutar de unas vacaciones en familia y desde el minuto uno me alegré de haberlo hecho. Queríamos conocer tres de sus capitales imperiales, Fez, Meknes y Marrakech, recorrer la cordillera del Atlas de pueblo en pueblo, disfrutar de su desierto y comer todo lo que fuera típico del país. De entre esas tres ciudades no sabríamos con cual quedarnos porque las tres son maravillosas, aunque Fez nos pareció muy muy especial.

Fez

Esta ciudad es la más antigua de todas y aún hoy conserva esa magia que la ha caracterizado siempre. Un despertar a los sentidos es lo que te produce caminar por sus callejones, recorrer el zoco en busca del día a día de las gentes del lugar, impregnarnos de los colores y olores que derrochan sus tenerías, el persistente y embriagador aroma del té a la menta y de la narguile, todo esto es Fez, la ciudad eterna, la que nunca cambia, la ciudad que sigue impasible al paso del tiempo.

Marruecos

Fez y sus maravillosos atardeceres

Meknes

Rodeada de campos de cultivo, esta ciudad de origen beréber nos sorprendió por ser mucho más tranquila y moderna que Fez, nos encantó su Medina, el zoco y como no, la plaza el-Hedim, centro neurálgico de la ciudad y donde se concentran un buen número de locales destinados a su rica y variada gastronomía. Para llegar a Meknes desde Fez dispones de una gran variedad de transportes, bus, taxi y como no, nuestro preferido, el tren con el que disfrutar a un ritmo más pausado de los imponentes paisajes que rodean esta zona de Marruecos. También es la mejor base de operaciones para visitar una de las grandes maravillas que guarda Marruecos, la ciudad romana de Volubilis.

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Puerta Bab el-Mansour en Meknes

Marrakech

Que contar de esta ciudad que no se haya escrito ya, a nosotros nos encantó. Durante nuestra estancia decidimos alojamos en un modesto hotelito, situado en uno de los callejones que están por detrás de la famosa plaza de Yamaa el Fna, la cual era testigo todas las mañanas, apenas despuntaba el alba, de las andanzas de un rubio y su papá dándole patadas al balón, mientras los comerciantes que ocupan la plaza durante el día, se apresuraban a montar sus puestitos de naranjas antes de que llegaran los primeros clientes. Una vez más hay que destacar de Marrakech su maravillosa Medina, su impresionante zoco y las maravillosas vistas a la cordillera todavía nevada del Atlas que desde las murallas de la ciudad teñidas al atardecer de un fuerte color naranja, nos daba un respiro a tan ajetreadas jornadas.

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Plaza de Yamaa el Fna en Marrakesh

Marruecos

Simpático vendedor de agua en la Medina de Marrakesh

Excursiones para descubrir Marruecos

Desde Marrakesh contratamos un mini bus con el que recorrimos el Atlas, la garganta del Dades y Todra, las cascadas de Ouzoud, atravesamos pueblos de adobe, a los que el pequeño Álvaro decía que sus casitas eran de chocolate y que debido precisamente a su color, muchas veces se hacían imperceptibles desde la carretera si no fuera por los interminables palmerales que los custodian, visitamos Ouarzazate y la famosa y espectacular Kasbah llamada, Ait Benhaddou, descubrimos a lomos de un camello bautizado por Álvaro como «Pepito» la magia que envuelve al desierto de Merzouga y como se disfruta de una fiesta beréber a ritmo de tambores dentro de las Jaimas, escalamos sus dunas para desde arriba contemplar el atardecer y dormimos en el mejor hotel del desierto, nuestra Jaima, desde la que se podía contemplar la serenidad de su cielo infinito.

Marruecos

Compartiendo momentos con los niños del Atlas Marroquí

En bus nos fuimos a descubrir la costa de Marruecos, queríamos descansar y sobre todo que nuestro pequeño hijo disfrutara del mar y para ello nos dirigimos a Essaouira.

Essaouira

Es una pequeña población situada en la costa Atlántica de Marruecos, muchos adjetivos se nos vienen a la mente para describirla como se merece, Essaouira es bonita, tranquila y bohemia. Su actividad principal gira en torno al mar, el pueblo posee una hermosa costa con una importante flota pesquera y largas playas rodeadas de una buena infraestructura hotelera. Para nuestra estancia en la ciudad decidimos alojarnos en un tradicional y bonito Riad y a la hora de comer, nos dirigíamos a los distintos puestos de comida y restaurantes que se encuentran cerca del muelle donde comíamos unos espectaculares platos de pescado. Alvaro se lo pasó del diez en la playa con otros niños marroquíes que no tardaron ni un segundo en acercarse a él para jugar.

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Juegos en la playa de Essaouira

Volubilis

Yacimiento romano, situado a escasos 33 kilómetros de la ciudad de Meknes, es el yacimiento arqueológico más visitado de todo Marruecos y quizás el mejor preservado del norte de África. La Unesco lo incluyó en su lista de Patrimonios de la Humanidad en 1997. Durante nuestra visita el pequeño viajero no paró de corretear por entre las ruinas y escuchar atentamente las historias que sobre los romanos que allí vivieron le contaba su padre.

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Volúbilis, el yacimiento romano más visitado de Marruecos

Marruecos

Explorando el yacimiento romano de Volubilis

Alvaro disfrutó de Marruecos como nadie. El pequeño viajero era la máxima atracción allá donde iba, la gente aquí es extremadamente agradable e hicieron de la estancia de nuestro hijo en su país una auténtica experiencia. Álvaro recorrió el desierto en camello, durmió en una Jaima, escaló altísimas dunas, dio de comer a unos pequeños monos, vio bailar a las serpientes al son de una flauta, jugó con niños al fútbol, hizo castillos en la arena, correteó por las playas y bautizó a las casas de adobe como «casitas de chocolate».

Marruecos

Dando de comer a un mono en Marruecos

Marruecos

Compartiendo juegos con los niños marroquíes

Marruecos a muchos atrae y a otros repele

Marruecos atrae por…

  • Está cerca de España
  • Es más económico que nuestro país
  • Es un destino exótico
Marruecos

Vistas de la impresionante Kashba de Ait Benhaddou

Marruecos repele por…

  • Es inseguro
  • Es poco higiénico
  • Te cambian por camellos
Marruecos

Los camellos en Marruecos no sirven de moneda de cambio

En lo que nos atrae, estamos totalmente de acuerdo, Marruecos es uno de los destinos más maravillosos a los que hayamos podido viajar con nuestro entonces pequeño hijo. En cuanto a por lo que repele, no estamos nada a favor.

  • Marruecos no nos pareció inseguro, más inseguras nos parecen muchas ciudades de nuestro país a plena luz del día, bien es verdad que no hicimos vida nocturna, aún así descartamos esta opción para referirnos a Marruecos.
  • Poco higiénico, bueno ahí si que estamos un poco de acuerdo. Nuestro viaje lo hicimos como siempre totalmente por libre, nos movimos en tren, en bus, en taxis compartidos y recorrimos pueblos y ciudades a las que quizás les hubiera hecho falta un poco de escoba, pero es tanta la belleza que derrocha este país que hasta eso, lo hace más hermoso todavía.
  • El mito más común cuando le comentas a algunos que vas a viajar a Marruecos es…¡¡Ten cuidado a ver si te van a cambiar por camellos!! o como algunas, que orgullosas cuentan que a ellas si les pasó, en fin! que afortunadas son ellas por vivir estas aventuras, a mi desde luego nunca me ha pasado nada similar.
Marruecos

Fez, invitados a comer un delicioso Cuscús

Marruecos es en definitiva un país precioso, de gentes maravillosas, sabrosa gastronomía y al que sin duda no tardaremos en regresar para que Álvaro convertido en un adolescente pueda volver a disfrutar.