Ya estamos llegando al final de nuestra aventura malaya, nos quedan poquitos días para intentar conocer algo mejor la ciudad, así que este tiempo debemos aprovecharlo bien, salimos a la conquista de la ciudad.

Lo primero que visitamos es la antigua estación central de trenes de Kuala, ahora reconvertida en un Mercado Central de antigüedades y souvenirs, desde aquí decidimos ir a una estación de metros para trasladarnos hasta el barrio de Chow Kit, para disfrutar del fascinante y bullicioso mercado de alimentos que se monta por las calles de este barrio, para así poder descubrir y observar como es el día a día de las gentes que habitan esta fascinante ciudad. Descubrimos lo que se suele encontrar en este tipo de mercados, como exponen y venden los alimentos, Al no ser sitios demasiado turísticos, se sorprenden al ver una familia de turistas y les sacamos unas cuantas sonrisas, sobre todo cuando ven a Alvaro flipar con los productos frescos que allí se encuentran, peces vivos y esas cosas.

Desde allí decidimos acercarnos andando hasta Kampung Baru, otro barrio, cerca del Triángulo Dorado pero que cuando te adentras en él parece que entras en cualquier aldea de la costa del Mar de Andamán, por la tranquilidad y sosiego que se respira y por encontrarnos de nuevo con las construcciones típicas de las aldeas.

Después de este paseo, y con el calor que está cayendo decidimos marchar para almorzar en las Torres Petronas, darnos un paseo por las tiendas de alta tecnología que hay aquí y ponernos los dientes largos, sobre todo yo, que me apasiona bastante ese mundillo.

Ya por la tarde, decidimos dar un paseo por Chinatown, bullicioso barrio de KL, y antes de realizar algunas compras pasamos a visitar el Templo Sri Mahamariamman, hinduista y típico del sur de la India, construido en 1873, el cual atesora un gran carro de plata, que sale todos los años entre enero y febrero en procesión hasta las Cuevas de Batu, con motivo del Thaipusam. Para terminar, algunas compritas, cenita rica y a dormir que ya llevamos un día bastante completito.

Al día siguiente nos despertamos algo mal, sin ganas de nada, Montse y yo con dolor de garganta, seguramente pillamos frío en el bus que nos trajo hasta KL, y Alvaro con molestias estomacales. Pero aún así nos decidimos a salir a dar un paseo y visitar algo mas, pero a la media hora de estar paseando tenemos que regresar al hostel pues Alvaro se encuentra fatal del estomago y Montse con algo de fiebre, así que al final decidimos pasar el día en la habitación.

Tomamos la medicación que siempre llevamos cuando salimos de viaje, a Alvaro le toca tomarse unas cápsulas de Fortasec y nosotros antibióticos. Por la tarde, salgo a comprar algo de comida, ya me encuentro mas o menos bien, Montse y Alvaro aún siguen mal, decidimos pasar el resto del día descansando.

Me levanto mejor y decido salir a visitar algo de ciudad y hacer algunas compras que nos faltan, Montse y Alvaro deciden pasar la mañana en cama, para terminar de descansar y así por la tarde intentar salir a dar un paseo.

Yo por mi parte, pues a lo mío, no se me ocurre otra cosa que empezar andar por KL y desde el hostel llego hasta el Berjaya Time Square, realizo unas compras que había visto anteriormente, seguidamente continúo hasta las Torres Petronas, y de allí sin parar me desvío hasta la Reserva Forestal de Bukit Nanas pues allí se encuentra la Menara KL, que es la cuarta torre de comunicación mas alta del mundo, tiene un mirador de 360º  a 276 metros de altura, que representa la mejor forma de poder admirar esta ciudad desde las alturas. Me informo de los horarios y continúo mi camino hasta Little Indian, donde realizo un paseo por su  bullicioso mercadillo. Cuando me vengo a dar cuenta, ya han pasado 4 horas, sin parar me encuentro bastante cansado y decido ir al hostel a descansar.

Viendo que Alvaro no mejora, nos decidimos a probar con la medicina tradicional china, acudimos a una especie de farmacia y le contamos a la chica nuestro problema. Sin dudarlo ni un minuto nos ofrece unas bolitas rarísimas dentro de una cajita escrita solo en chino y nos explica como debe de tomarlas. Por como reaccionó, creemos que acertamos en nuestra decisión, que por cierto no es nada fácil, por tratarse de tu hijo y por desconocer totalmente ese tipo de medicina, pero como digo yo…si a ellos les funciona..tan mala no será, pues como si de un milagro se tratara, en un par de horas estaba como nuevo, cosa que el Fortasec no fue capaz de conseguir en dos días. Se encontraba tan bien que decidimos pasar la tarde visitando la Menara KL para no perdernos sus vistas de la ciudad, y el alucinante atardecer que desde allí pudimos divisar.

Toca despedirnos de Malasia, por la tarde – noche partimos hacia el aeropuerto y lo único en lo que pensamos es en prepararnos para las más de 20 horas de viaje que nos quedan hasta llegar a casita. Así que el día se nos hace corto, lo único que hacemos es dar un pase por Chinatown, realizar las últimas compras y despedirnos de la ciudad con un gran almuerzo a base se sushi en un restaurante japonés, al que ya habíamos ido anteriormente, en el Lot 10, centro comercial que se encuentra en el Triángulo Dorado. Una merecida siesta, alguna cervecita en el hostel y cuando empiece a anochecer y con pocas ganas, nos despedimos de este fascinante país, camino del aeropuerto.

¡¡Malasia hasta siempre y para siempre!!

Esperamos poder hacerte otra visita más pronto que tarde, gracias por tratarnos tan bien y mostrarte tan espléndida, eres una maravilla, sin duda ya formas parte de nuestras vidas.

Tavi, Montse, Álvaro
Un Mundo Para 3