Se trata de un pequeño islote de unos 4,5 km² situado al noreste de la isla de Fuerteventura. Separados por el Estrecho de la Bocaina, cuya profundidad no excede de los 30 metros. La isla puede ser vista con claridad desde Corralejo. Su nombre se debe a que en el pasado habitaban en la isla focas monje o fraile del mediterráneo (conocidas también como lobos marinos).

La isla entera está protegida y forma el Parque Natural del Islote de Lobos. Alberga más de 130 especies vegetales y varias especies de aves, destacando la gaviota argéntea, la avutarda (en determinadas épocas del año) y la pardela cenicienta. Los fondos marinos son área de reserva submarina y contienen una gran riqueza ecológica. Su máxima altura se encuentra en La Caldera, de 127 m.

Lobos

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En el mes de mayo de 2012 unos turistas que tomaban el sol en una de sus playas, localizaron entre la arena los trozos de una vasija de cerámica y numerosos restos de moluscos. Este hallazgo casual ha permitido identificar indicios de una posible factoría romana dedicada a la producción de púrpura y extracto de pescado (garum); el primer asentamiento imperial conocido en las Islas Canarias. Su existencia da un vuelco al estudio de la historia del Archipiélago.

El islote estuvo habitado hasta 1968 por un farero, Antonio Hernández Páez (Antoñito el Farero), y su familia. El faro fue restaurado y hoy en día funciona automáticamente.

Actualmente los visitantes del islote son pescadores, turistas, bañistas, submarinistas y surfistas, ya que existe una ola de derechas de mucha calidad en la base de La Caldera.

Para llegar al islote, existe un servicio regular de transporte marítimo que enlaza con Corralejo, que aporta comida a la isla y visitantes. Hay un restaurante dirigido por los descendientes de Antoñito, así como una zona de acampada, que no puede ser utilizada sin un permiso que otorga el Cabildo.

En Lobos nació la escritora española Josefina Plá, que tiene una estatua en la isla, próxima a la playa de Las Conchas.

En temporada baja solo hay dos barcos por la mañana, a las 10.00 y 11.00 horas, que te lleven a ella y otros dos barcos de regreso por la tarde, las 16.00 y a las 17.00 horas. La duración del trayecto no supera los 30 minutos. Se zarpa desde el muelle de Corralejo. Nosotros decidimos pasar un día en ella, así que cogimos el primer barco y de regreso también el primero ya que son muchas horas al sol.

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Nada mas llegar y aprovechando que no hacía demasiado calor decidimos recorrer la isla entera, y así cuando llegase las horas de mas calor pasarlas en la playa. Hay una red de senderos muy bien señalizada que te te llevan por toda la isla, los caminos están en muy buen estado y prohíben que se salga de ellos, ya que no debemos olvidar que estamos en un Parque Natural Protegido.

Desde el embarcadero, cogimos el sendero que sale hacia la derecha, el que nos lleva al Puertito, el pequeño “poblado” que hay en la isla, una zona preciosa con unas calitas y un puerto natural formado por lenguas de lava que entran en el mar. Desde ahí continuamos andando hasta Las Lagunitas , es una zona restringida donde las aves en sus trayectos migratorios suelen hacer parada. El sendero continúa hasta el Faro de de Martiño, adentrándose por el interior de la isla en un trayecto de unos 40 minutos. Por el camino pasa por medio de pequeños conos volcánicos que te hacen parecer que estas en medio de un paisaje lunar. La zona del faro es una de las partes mas abruptas de la isla y desde él se tiene una muy bonita vista de la isla de Lanzarote.

El regreso decidimos hacerlo por el camino central, el que te lleva por la parte occidental de la isla. El recorrido hasta la Playa de La Concha es de casi una hora y siempre vas viendo Montaña La Caldera a la derecha tuya. Tenemos que hacer varias paradas por el camino para reponer líquidos ya que el calor va en aumento y al ser una isla tan abrupta no hay sombras en todo el camino por lo que es aconsejable hidratarse bien. Montse y Álvaro deciden continuar la marcha hasta Playa La Concha, el niño estaba desesperado por hacer snorkel en ella, Octavio decide subir hasta la cima de Montaña la Caldera. La subida no es muy larga pero si es dura, ya que se asciende casi en vertical, y el calor la hace mas dura todavía, aún así es totalmente recomendable si quieres disfrutar de las maravillosas vistas sobre Fuerteventura y del Parque Natural de las Dunas de Corralejo.

Ya en Playa La Concha pasamos el resto del día. Parece mentira pero nos tiramos más de dos horas caminando por la isla sin parar y a pleno sol, así que decidimos pasar el tiempo que nos faltaba para regresar a Fuerteventura descansando y disfrutando en esta magnífica cala de agua color turquesa y arena blanca, nadamos, tomamos el sol e hicimos snorkel. Esta playa está a diez minutos del embarcadero, así que puedes aprovechar en ella hasta que veas llegar el barco.

Isla de Lobos nos sorprendió, pensábamos en una islita más pequeña y con menos atractivos, pero es un hermoso lugar donde pasar uno e incluso más días por todo lo que nos ofrece en tan poco espacio y si te gusta la pesca a caña es el lugar ideal.

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