Para algunos se trata de una locura, para otros como a nosotros viajar a dedo, es otra forma de moverse por el mundo. Ante todo, he de confesaros que es una practica de lo más divertida, siempre y cuando tengáis prudencia. 

A lo largo de nuestra vida viajera en familia, muchas han sido las ocasiones en las que hemos puesto en practica esta forma de viajar. Algunas veces, hemos sido nosotros los que hemos subido a gente y en la mayoría de los casos nos han subido a nosotros.  

En nuestro caso, no es tanto por ahorrarnos dinero en transporte, sino, la mejor forma de interactuar con la gente. Tenerife, Grecia, Tailandia, Malasia, Indonesia, Brunei, son algunos de los destinos en los que lo hemos probado. Si queréis saber que tal nos ha ido…seguid leyendo.

Viajar a dedo y en familia (autostop) 

– Grecia

Esta fue nuestra primera vez y a decir verdad fue un fracaso total. Corría el año 2002 y era nuestro primer viaje en familia fuera de España. Después de visitar Atenas, decidimos irnos a recorrer alguna de las islas y concretamente en Santorini, alquilamos un apartamento y el propietario nos ofreció servicio de transporte gratuito. 

En una de estas, nos fuimos a recorrer la isla por nuestra cuenta (bus) y cuando tocó regresar a casa, no hubo forma. Pasaron varios buses y no fuimos capaces de explicar y que nos entendieran de donde queríamos ir. Al final y después de varias horas tirados los tres (Alvaro 11 meses) en medio de una carretera, decidimos hacer dedo. 

Cogí al bebé en brazos y me planté a probar suerte, el resultado fue un desastre, no paró ningún coche. Después de varios intentos se acercó una furgoneta y adivináis quien era?…exacto, el dueño del apartamento que casualmente pasaba por allí. De no ser por él, probablemente allí seguiríamos jejejeje. 

Ala llegar al apartamento, estuvimos hablando del porque no nos había subido nadie si llevábamos un bebé. La conclusión que sacamos, fue que nuestras vestimentas quizás no eran las más apropiadas o estaban en el mejor estado para transmitir confianza. Llevábamos todo el día caminando, el calor era importante y porque no decirlo también, el bebé Álvaro que solo gateaba, iba bastante sucio, cosa normal por otra parte.

Reflexión: Con el paso de los años, la experiencia y los kilómetros recorridos, hemos aprendido a modificar un poco nuestro vestuario. Para viajar no hace falta ir de punta en blanco, pero si que debes vestir correcto para dar una imagen de confianza, sobre todo si quieres viajar a dedo. No hace falta volverse loco, bastará con que la ropa y complementos como la mochila o la gorra estén a la altura.

Si ya se, lo que estáis pensando…que el habito no hace al monje, pero en estos casos ayuda mucho.

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– Tailandia

Nos encontrábamos en la costa este, concretamente en Ko Samui y queríamos ir hasta la costa oeste, concretamente a Krabi. Lo que se prometía un viaje largo por la cantidad de combinaciones de barco y bus que teníamos que hacer…se convirtió en una pesadilla. 

Comenzamos la aventura montándonos en una camioneta compartida, luego cogimos un transbordador y por fin un bus. Todo parecía ir bien a pesar de los múltiples retrasos que sufrimos y que nos llevó varias horas de demora. Cuando faltaban tan solo 8 kilómetros para llegar y después de ocho horas de bus, vino lo peor!

La carretera principal estaba cortada por una manifestación de camioneros..imposible seguir. Después de mas de una hora sin movernos, el chofer nos invita a abandonar el bus y seguir a pie. Se hacia de noche, amenazaba tormenta y las mochilas pesaban demasiado para los 8 kilómetros. Al final, no nos quedó mas remedio que echarnos a andar, por suerte, encontramos un camino paralelo a la carretera colapsada y decidimos hacer dedo. Terminamos llegando al destino montados en la caja de una camioneta.

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– Malasia

Durante nuestro AsiaPara3 visitamos Malasia y nos dimos cuenta lo fácil que era aquí viajar a dedo. Concretamente Cameron Highlands la recorrimos por completo así, tan sencillo como divertido. Aquí es una practica muy utilizada por los viajeros y los lugareños están acostumbrados a llevarlos. Siempre he dicho lo amigables y serviciales que son los malayos. 

A decir verdad, en Malasia tuvimos ocasión de vivir experiencias únicas gracias a viajar a dedo. El caso de un señor mayor que iba dirección al hospital a hacerse unas pruebas chungas y aun así nos llevó. En otro caso, nos paró una grúa que llevaba un coche accidentado detrás y así un sinfín de anécdotas más. 

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– Borneo

Nuestra apuesta de recorrer Borneo de mochileros si que era todo un reto viajero. Mucho habíamos oido y leído en blogs de viaje que era una apuesta casi imposible. En nuestro afán de superación como familia viajera, nos aventuramos a ello y todo salió bien. 

Conseguimos un couchsurfing a las afueras de la ciudad, en una urbanización de casas de gente pudiente y claro…esto suponía un handicap a la hora de movernos. Nada más lejos de renunciar a ello, decidimos probar y movernos a dedo. Nuestra primera experiencia llegó de la mano de un coche oficial del gobierno. A pie de carretera, cartel en mano y como destino Sepilok para ver a los gorilas. Después de varios intentos fallidos, allí aparecieron estos funcionarios del estado que iban precisamente de camino hacia allí y al ver a una familia de occidentales allí tirados, muy amablemente decidieron llevarnos. viajar a dedo

Pero sin duda, la mejor de las experiencias de viajar a dedo por Borneo, llegó el día de nuestra partida. 

Teníamos que viajar a la otra punta del sultanato para coger un Ferry. Una vez mas nos pusimos a pie de calle en la urbanización para probar suerte y bingo! Al cabo de un buen rato, un flamante coche rojo se detuvo. En su interior un señor de mediana edad, muy bien vestido y educado, se ofreció a llevarnos. Nada más explicarle a donde nos dirigíamos, cogió uno de los varios teléfonos móviles que llevaba y habló con su secretaria para cancelar una reunión que tenia en la ciudad. Resultó ser un empresario que tenia una empresa de material de construcción muy cerca de donde atracaba el Ferry. Nos contó que era un viajero empedernido y que por ese motivo se sentía especialmente feliz de poder ayudar a otros viajeros. 

Resumiendo, llamó a la oficina donde expedían los billetes para avisarles de que iban de camino unos viajeros y que se iban a retrasar y les pidió por favor que nos esperaran para zarpar. No solo nos dejó a pie de barco, sino que además se encargó de recoger nuestros tickets. Antes de despedirnos le regaló a Alvaro una cajita con unas pelotas de golf personalizadas con el nombre de su empresa… ¿es para flipar o no?

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– Indonesia

Después de recorrer varias zonas del país, decidimos pasar unos días en Yogyakarta para visitar los templos de Borobudur y Prambanan. El primero de ellos a 40 kilómetros y el segundo a 18 kilómetros de la ciudad. Para llegar hasta allí optamos por hacerlo en bus de linea, pero para volver a la ciudad, decidimos probar suerte y hacer dedo. Una vez más los astros se alinearon con nosotros y conocimos a una parejita que se ofreció a llevarnos y traernos cuantas veces fueran necesarias…el era profesor de artes marciales y ella profesora en una escuela de niños. 

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– Tenerife

De todos es sabido la cantidad de turismo que visita nuestras islas para practicar senderismo.  Pues bien, gracias a esta practica, varias han sido las ocasiones en las que hemos llevado y traído a turistas que viajaban a dedo en nuestro coche. Una de las veces, fuimos nosotros los que hicimos de turistas. Después de una caminata por Anaga y agotados que estábamos, decidimos hacer dedo para que nos llevaran hasta nuestro coche. Sin apenas darnos cuenta, estábamos montados en un coche de alquiler y con una pareja de Madrid.

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Como veis, viajar a dedo y en familia es posible, solo es cuestión de atreverse. Nunca, nos ha pasado nada extraño ni nos hemos visto envueltos en situaciones de peligro. No me cansaré de repetir que el mundo es menos peligroso de lo que nos lo pintan. 

Viajar es vivir experiencias únicas y la de viajar a dedo es una de ellas.