Vietnam siempre fue para nosotros un destino al que le teníamos muchas ganas. Mucho habíamos oído hablar sobre él, a nuestros padres, en las noticias, documentales, películas, revistas y decidimos que teníamos que conocerlo de primera mano. Vietnam iba a ser nuestro segundo destino asiático, el año anterior ya habíamos conocido Tailandia.

 

Barrio antiguo
Es una perfecta mezcla de encanto parisino y bullicio asiático, está construido alrededor del lago Hoan Kiem, numerables galerías de arte, aroma a baguettes recién horneadas y multitud de gente practicando thai chi.

Lago Hoan Kiem
El primer día nos fuimos a visitar una bonita Pagoda ubicada en medio del lago, con un precioso puente rojo de madera llamado Húc y una maravillosa leyenda sobre una tortuga (símbolo de longevidad en Vietnam) y que según cuentan habitaba en el lago. En el centro del lago se encuentra un islote con una torre, llamada torre tortuga.

Mausoleo de Ho Chi Min
En su interior alberga la tumba y momia del difunto líder vietnamita. Para visitar el interior del mausoleo se exigen una serie de normas de conducta y vestimenta que los guardias que vigilan en la puerta se encargan de que se cumplan. A nosotros no se nos ocurrió otra cosa que sentarnos a descansar en las escaleras exteriores y nos llamaron la atención a gritos

Situado al oeste y rodeado en gran parte por las embajadas extranjeras entre ellas la española, ubicadas en obras maestras de la arquitectura colonial francesa. A escasos metros se encuentra la Pagoda del Pilar Único, el Palacio Presidencial y la casa donde vivió Ho Chi Minh.

Después de comer y quedarnos atónitos viendo como una chica comprobaba de la manera más simple que Alvaro no era una niña como ella pensaba, sino un niño jajaja, adivinad como….. nos dispusimos a coger un Tuc-Tuc-bici para ir a visitar los restos de los bombardeos de los americanos. El señor que nos llevaba, tenía prácticamente la totalidad de su cuerpo mutilado y con claros signos de importantes quemaduras. Nos contó como se había hecho esas heridas, cuando ocurrieron los bombardeos sobre la ciudad el tenía diez años y estaba jugando al balón en la calle cuando fue alcanzado, un drama mas relatado en primera persona.

Museo de la guerra
Después de visitar el museo y observar los horrores y atrocidades de esa horrible y absurda guerra, nos volvimos al hotel. No recordamos habernos sentido tan mal en ninguna otra parte del mundo visitando un museo. Nunca debió de suceder nada de todo eso.

Catedral de San José
Catedral neogótica situada en el barrio antiguo, entrar en ella es sentirse transportado a la Europa Medieval. Conserva unas preciosas vidrieras y un bonito altar.

Mercados y compras
Hay varios mercados donde encontrar una buena oferta en productos de alimentación, telas y calzado, recordad que las zapatillas Converse son » made in vietnam» , nos compramos varias en las tiendas oficiales por veinte euros cada una.

Teatro de marionetas acuáticas
Las representaciones las llevan a cabo once titiriteros, se quedan en el agua con unas botas altas detrás de un biombo de bambú. Las marionetas pueden llegar a pesar hasta quince kilos, son de madera de higuera resistente al agua y representan escenas de la vida cotidiana de los agricultores, animales y criaturas míticas como el dragón, el fénix y el unicornio.

El espectáculo es una impresionante mezcla de agua, luz y sonido incluyendo el fuego que lanzan los dragones por la boca y completado por fuegos artificiales. El agua resalta la obra, permitiendo que los muñecos aparezcan y desaparezcan.

Muy aconsejable si viajáis con niños, sinó, preguntadle a Álvaro, desde entonces un dragón igual que el de la función… aunque más pequeñito adorna el salón de nuestra casa. Divertido y muy currado!!!