En mayo de 2004 decidimos recorrer durante todo el mes la zona sur de México, intentar hacer la ruta maya, ver los principales yacimientos arqueológicos y disfrutar de un maravilloso país como es este.

El punto de inicio fue Ciudad de México, capital del país, como no podía ser de otra forma. A ella llegamos en vuelo directo desde Madrid, una de las cosas que nos llamó mucho la atención es que el aeropuerto parece que está en el centro de la ciudad, salías de él y todo eran avenidas y edificios allá por donde mirases.

Un remis, tránsfer, taxi o como lo queráis llamar, nos llevó hasta nuestro alojamiento, no era otro que el  Hostel Catedral, de la cadena Hostelling Internacional. Este se encuentra situado en el casco histórico de la ciudad, justito detrás de la Catedral Metropolitana y ésta a su vez está junto a la Plaza del Zócalo. Eran las 6 de la mañana, justamente estaba amaneciendo y no nos entregaban la habitación hasta las 10, así que dejamos las mochilas en el hostel y nos fuimos hacer tiempo a la plaza.

Zocalo

Zocalo
La Plaza del Zócalo, está en el corazón de la Ciudad de México, conocida también como la Plaza de la Constitución. Recibe el nombre de Zócalo por una gran base de piedra que se construyó para erigir sobre ella un enorme monumento a la independencia, allá por el 1843, hoy en día no existe y nunca se llegó a terminar, pero el nombre de la plaza se ha conservado. En el siglo XVI fue cuando se pavimentó con piedras procedentes de las ruinas aztecas del Teocalli. No fue hasta principios del s. XX cuando el Zócalo quedó con su aspecto actual de plaza abierta y desapareció de ella el laberinto de puestos de mercado que la cubrían. Es una de las plazas más grandes del mundo, con una extensión superior a los 40.000 metros cuadrados.

La zona de La Plaza del Zócalo alberga los principales centros gubernamentales de la ciudad, en uno de los lados se encuentra Palacio Nacional o Palacio Presidencial, la Catedral Metropolitana y las oficinas del Gobierno del Distrito Federal. Todos los días miembros del ejercito sobre las 18.00 horas celebran la ceremonia de arría de la grandísima bandera que ondea en el centro de plaza. También diariamente los bailarines concheros celebran con bailes al son de retumbantes tambores y ataviados con sus trajes típicos que en ese mismo lugar se encontraba el recinto ceremonial azteca de Huey Teocalli.

Zocalo
Como os podéis imaginar, a las 6 de la mañana y después de un vuelo nocturno de unas 10 horas, (menos mal que dormimos algo) además cansados del ajetreo de todo el día de lo que menos ganas teníamos era de estar paseando. Pero amigos, no paseamos, allí que terminamos en plena plaza jugando un partido fútbol con Alvaro. Es lo que tienen los enanos, mientras tú estás con el cansancio, el jet lag,  etc…  él por lo visto si que había descansado. Chut por aquí, chut por allá, los transeúntes mexicanos que pasaban cerca nuestra nos miraban con una cara como diciendo “de donde se habrán escapados estos dos con el rubio pequeño este?”, o “estos turistas no tendrán otra cosa mejor que hacer que ponerse a las 6 de la mañana a jugar al fútbol?”, jajajaja pues no, el pequeño estaba ansioso y al ver tremenda plaza toda vacía a su alrededor más ganas tenía de jugar y aprovechar el tiempo. Siempre viajábamos con su pelota de espuma, cómoda, manejable, cabía en la mochila y se podía lavar ¿que más se le puede pedir a una pelota? Os la recomendamos si viajáis con vuestro niño.

Zócalo

Zocalo
Casi pasamos todo ese día en La Plaza, salvo un rato para descansar, desayunar y  almorzar, podríamos decir que el día lo echamos en ella. Nosotros hasta que el cuerpo y el niño aguantaron, hasta las 9 de la noche,disfrutando de uno de los mejores espectáculos de la ciudad. Y no jugando al fútbol, no, pues llegó un momento que nos fue imposible de la gente que la ocupó. Es un auténtico espectáculo ver como se van montando tenderetes de venta ambulante, como se colocan puestos de comida que según la hora del día van desapareciendo y se cambian por otros y como grupos de personas se manifiestan pidiéndole al gobierno cosas. Cuando llega la tarde muchos puestos desaparecen y se llena de grupos de danzas folklóricas conmemorando algún festejo ancestral, vendedores de artesanía azteca y maya y grupos de jóvenes que van a pasar el rato. En definitiva un auténtico espectáculo para los sentidos, algo que no deberían de dejar pasar en una visita a este maravilloso país, dedicar un día a La Plaza del Zócalo de la capital mexicana.

Zocalo