Se que después de leer este post, más de uno sentirá un deseo irresistible de viajar a Noruega. Disfrutar de cerca de un glaciar no está al alcance de todos y muchísimo menos caminar por él. Los glaciares de Noruega, son además de los fiordos, uno de los atractivos que nos regala este maravilloso destino.

Dentro de la lista de cosas que se aconsejan hacer antes de morir…montar en globo, escribir un libro, tener un hijo y demás, yo incluiría hacer trekking por un glaciar.

Glaciares de Noruega

Foto: http://pinapli.com/aboutus.php

Ésta, no era la primera vez que veía un glaciar de cerca. Hace 14 años, tuve la gran suerte de viajar a Argentina y disfrutar del Parque Nacional de los Glaciares en la provincia de Santa Cruz. Esa experiencia, la recuerdo con especial cariño porque fue mi primera toma de contacto con un glaciar, El Perito Moreno.

No os podéis imaginar la emoción que se siente cuando te encuentras frente a un glaciar. Lo primero que llama tu atención es su intenso color azul, su inmensidad, el silencio, el estruendo…¡un glaciar es magia!

Mucho ha llovido desde entonces, muchos miles de kilómetros son los que he recorrido por el mundo y nunca más, me crucé con ningún otro glaciar. Hasta que apareció en mi vida el Jostedal, uno de los glaciares de Noruega.

Glaciares de Noruega

Trekking por los glaciares de Noruega- El Jostedal

Durante mi reciente viaje a este fantástico país, tuve la ocasión de poder practicar trekking por el glaciar de Jostedal.

Se trata del glaciar más grande de Europa continental y uno de los más jóvenes de los glaciares de Noruega. El Jostedal, con un espesor de 600 metros en determinados tramos, abarca una superficie de 487 kilómetros cuadrados por 60 de longitud.

El Jostedal, no es transitable en su totalidad, por lo menos para principiantes. Uno de los lugares más cómodos para caminarlo por su escasa dificultad y por tanto más transitado es la llamada lengua de Nigardsbreen. A pesar de su supuesta “facilidad” nos llevó casi 5 horas recorrer un tramo.

Glaciares de Noruega

Como fue mi primera experiencia 

Nada más llegar al punto de partida, en el aparcamiento del glaciar, nos esperaba un experto guía de la empresa que nos ofreció este servicio, un español llamado Ibai. Nos hizo entrega del equipo necesario, los crampons y el piolet y acto seguido nos dio las pautas de como utilizarlos.

La aventura empieza en este punto y hasta llegar a pie de glaciar, hay que andar un buen tramo que nos lleva casi una hora. Este recorrido es fácil pues caminas sin hielo y precioso ya que transcurre a la vera de un lago.

Un poco más adelante cruzas por un puente de madera suspendido sobre un fuerte caudal de agua del glaciar. A lo lejos, el Jospedal me espera y yo, con la misma ilusión que una chiquilla espera a los Reyes Magos, camino cada vez más emocionada hacia él.

Glaciares de Noruega

Había llegado el momento de la verdad, atrás quedo el sendero con su bonito puente colgante. Ahora tocaba calzarse los crampons y empezar, tal pato mareado, a ascender por el glaciar. He de confesar que al principio no las tenía todas conmigo. En mi vida me había colocado unos y creí que me mataba con ellos.

Poco a poco, empecé a cogerles confianza y a ser consciente de la maravillosa aventura que tenía por delante. Al contrario de lo que pueda parecer, ni frío tenía, los primeros metros son cuesta arriba. A pesar de ello debes llevar ropa de abrigo, recuerda que estás entre hielo. Mi consejo es que hagas lo que yo, vístete como una cebolla, por capas y te las vas quitando y poniendo cuando consideres.

La forma de caminar por un glaciar en grupo es ir amarrados con una cuerda, uno detrás de otro. Algo parecido a los niños de guardería cuando salen de paseo, así es como fuimos avanzando detrás de nuestro experto guía.

Glaciares de Noruega

Glaciares de Noruega

Hacer trekking por un glaciar no es peligroso, siempre y cuando, lo hagas con especialistas. De echo, este mismo trekking lo llevan a cabo con familias con niños. Nosotros pudimos comprobar, como de vivo está el glaciar. Como se mueve el hielo de rápido y se abren nuevas grietas a cada paso que das. Grietas que en muchos casos son imposibles de sortear.

Después de estar casi 4 horas entre paredes de hielo, tocaba darse la vuelta. Recuerdo perfectamente el camino de regreso hasta el bus… en mi cabeza un batiburrillo de sensaciones. Ahora tocaba empezar a procesar la inmensa emoción vivida.

Glaciares de Noruega

Hacer trekking por los glaciares de Noruega fue, es y será una de las grandes experiencias de mi vida.

Seamos cuidadosos con el medio ambiente. No permitamos que por nuestra mala actitud la Naturaleza se siga resintiendo. Consigamos que las futuras generaciones no se priven de una experiencia como la mía.

En resumen, hagamos lo posible para que los glaciares no desaparezcan del mundo.