Atso y su mamá, nuestra familia couchsurfer

Gracias a que nuestra primera experiencia en esto del couchsurfing fue buenísima y que ya os hemos contado, las siguientes y que aquí os vamos a relatar no tienen desperdicio, sin duda no hemos podido empezar mejor en este mundillo, del cual solo hemos tenido que experiencias imposibles de olvidar….Será suerte o quizás somos buenos anfitriones???, sea lo que sea, esperamos que disfrutéis con nuestras nuevas peripecias couchsurferas!!!!.

Empezamos…

El pasado domingo 26 de octubre a las 21h. y con el vuelo una hora retrasado aterrizaban  en el aeropuerto Tenerife Sur, nuestros nuevos couchsurfers. Kristi y su pequeño Atso de 4 añitos.

Son de Letonia y llevan dos años viajando por el mundo los dos solos, Europa, Asia, América…miles de kilómetros recorridos.
Cuándo Kristi nos comentó su visita a la isla y la posibilidad de un couchsurfing por 3 días en casa, no lo dudamos ni un minuto.

El pequeño Atso, ese muñequito rubio, de ojos azules, educado, simpático y con complejo de Spiderman consiguió durante su corta estancia entre nosotros conquistar nuestros corazones y el de nuestros amigos que compartieron con nosotros su visita a Tenerife.

Con ellos estuvimos bañándonos en la Playa de las Teresitas, de compras por los shopings de Santa Cruz, disfrutamos de unas jornadas divertidísimas en un Parque infantil, sin olvidar la tarde de fútbol que pasamos todos juntos viendo entrenar a Álvaro.

Desayunábamos, almorzábamos y cenábamos todos juntos, por unos días fuimos como una auténtica familia numerosa.

Como bien dice Kristi en su libro…» Nothing» can not end…
…Así será nuestra amistad.

Cindy y Bill, californianos y cruceristas

Divertidos como pocos, así podríamos definir a nuestros siguientes protagonistas. Este matrimonio de californianos además de ser abuelos de cinco nietos, son couchsurfers, han colaborado en numerosos voluntariados por África y Latinoamérica y cruceristas.

El pasado día 8 de noviembre, hacía escala en el puerto de Santa Cruz un fantástico crucero de la compañía Royal Caribean y con él, dos pasajeros de excepción, Cindy y Bill, nuestros nuevos amigos.
Su petición era simple, la posibilidad de acompañarles y/o enseñarles un poquito de la isla durante su corta escala de 6 horas.

Les recogimos en el muelle a las 8:30h. y después de las pertinentes presentaciones, les propusimos de llevarlos a recorrer el Parque Nacional de las Cañadas del Teide. Os podéis imaginar la cara de asombro que se les quedó… No se lo esperaban, creían que los íbamos a llevar a La Laguna porque quedaba cerca o incluso un paseo por la ciudad de Santa Cruz.
Pero no, habían topado con dos enamorados de su isla a los que les encanta mostrarla siempre que tienen ocasión. El día era gris y lluvioso, aunque la temperatura era agradable. De camino al Teide, la niebla y la lluvia nos acompañaron durante un buen rato, pero como suele ocurrir normalmente las nubes se fueron quedando por debajo y dejando que el sol nos iluminara al llegar arriba, eso si ahí a mas de dos mil metros de altitud, la temperatura ya no era tan agradable.

Seguimos nuestra ruta de ascensión y una vez desaparecida la vegetación de la Corona Forestal, hicimos una parada en el Mirador de la Tarta, para que pudieran apreciar el juego de colores de las capas volcánicas, cada una de estas capas corresponde a una erupción diferente, pudiendo haber transcurrido siglos entre ellas, por lo que ni decir tiene que nuestros amigos quedaron fascinados. Pero lo mejor estaba por llegar así que sin demorarnos demasiado seguimos nuestro camino. Nuestra próxima parada como no, el centro de visitantes para mostrarles la historia geológica del parque y las relaciones entre los seres vivos que lo habitan y su entorno. El tiempo iba mejorando poco a poco, así que decidimos hacer un poquito de treking y echarnos unas risas practicando unos Jumping, como no en el lugar más famoso de las Cañadas: los Roques de García, desde donde hay una vista espectacular del valle de Ucanca, y donde se encuentra el Parador Nacional de Turismo. Desde este punto se disfruta de la imagen más fotografiada del Teide, que figuraba impresa en los antiguos billetes de mil pesetas. Unas cuantas fotos para inmortalizar el momento y…
Había llegado el momento de regresar a Santa Cruz, pues debían estar en el barco a las 14:30h.
Corta pero intensa y sobre todo divertida, así podríamos resumir nuestra mini aventura con estos simpáticos califirnianos. A pie de barco, Cindy nos obsequiaba con una postal que incluía una bonita dedicatoria.
Una vez más, la experiencia había sido genial!!!